¿Cuándo se debe notificar RAMS?

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  Para el caso de profesionales de salud e instituciones prestadoras de servicios de salud pública y privada Para las reacciones adversas “no serias” se debe notificar en un máximo de 10 días hábiles a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para las reacciones adversas serias (graves) o amenaza de vida, inesperados, medicamentos de reciente comercialización y medicamentos de reciente incorporación a los listados institucionales se debe notificar en un máximo de 72 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso. Para los casos de “muerte” (incluye aquellos por causas no especificadas), se debe notificar en un máximo de 24 horas a partir de la fecha en que se identificó el evento adverso.  

Las comidas hospitalarias contienen demasiada sal


La comida hospitalaria a menudo contiene mucho más sodio que el recomendado por las guías alimentarias, sugiere un estudio realizado en Canadá.
Un equipo halló que cuatro de cada cinco pacientes que podían ingerir sodio solicitaban menús que superaban la recomendación máxima del Instituto de Medicina, que es de 2300 mg de sal por día. Y a casi la mitad de los pacientes que debían controlar el consumo de sal se les servía alimentos con niveles de sodio superiores a los recomendados.
"Los hospitales están utilizando más productos o menús preparados, que suelen tener alto contenido de sodio", dijo JoAnne Arcand, de la Universidad de Toronto y que dirigió el estudio.
Aun así, a su equipo le sorprendió el nivel de sodio en la comida hospitalaria. En los pedidos de unos 2000 pacientes de tres hospitales de agudos de Ontario, aquellos sin restricciones de sal o diabetes habían solicitado menús con unos 3033 mg de sodio por día.
En los pacientes diabéticos, esa cifra fue aún mayor: las comidas y los snacks les aportaban unos 3600 mg de sodio por día, según publica Archives of Internal Medicine.
Los pacientes que no podían consumir más de 2000 mg de sodio por día, como los que padecen insuficiencia renal o cardíaca o tienen enfermedades hepáticas, solicitaron menús que aportaban 2041 mg/día. El 47 por ciento de ellos excedía los niveles de sal permitidos.
Los participantes eran pacientes de salas generales, que serían operados o que estaban recibiendo un tratamiento cardíaco.
El equipo no pudo determinar la cantidad de comida que finalmente consumía cada paciente, de modo que no podría asegurarse que efectivamente superaron los niveles de sodio recomendados en la dieta o sólo en lo que llegaba en las bandejas del hospital.
"Para esos pacientes, que están internados con enfermedades sensibles a la cantidad de sal que consumen, existe el riesgo de que el alto contenido de sodio de sus dietas les cause algún daño", dijo la doctora Kirsten Bibbins-Domingo, de University of California, San Francisco, y autora de un comentario publicado con el estudio.
"Los nutrientes que consumen son tan importantes como los fármacos que reciben (...) En otros casos, no existiría un riesgo inminente. Pero la mayoría de los pacientes internados no tienen la opción de ir a comprar otros alimentos", agregó.
Arcand consideró que si los pacientes o sus familiares están preocupados por la cantidad de sodio de la comida hospitalaria, deberían conversar con el médico o el dietista. En el estudio, las entradas y los sándwiches eran los productos con más alto contenido de sodio.
Arcand sugirió que las autoridades podrían elaborar guías para la compra de alimentos en los hospitales dentro de una estrategia de reducción del sodio en el largo plazo. Dijo que los hospitales podrían utilizarlas para firmar los contratos con los proveedores de alimentos.


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