La comida hospitalaria a menudo contiene mucho más sodio que el recomendado
por las guías alimentarias, sugiere un estudio realizado en Canadá.
Un equipo halló que cuatro de cada cinco pacientes que podían ingerir sodio
solicitaban menús que superaban la recomendación máxima del Instituto de
Medicina, que es de 2300 mg de sal por día. Y a casi la mitad de los pacientes
que debían controlar el consumo de sal se les servía alimentos con niveles de
sodio superiores a los recomendados.
"Los hospitales están utilizando más productos o menús preparados, que
suelen tener alto contenido de sodio", dijo JoAnne Arcand, de la Universidad
de Toronto y que dirigió el estudio.
Aun así, a su equipo le sorprendió el nivel de sodio en la comida
hospitalaria. En los pedidos de unos 2000 pacientes de tres hospitales de
agudos de Ontario, aquellos sin restricciones de sal o diabetes habían
solicitado menús con unos 3033 mg de sodio por día.
En los pacientes diabéticos, esa cifra fue aún mayor: las comidas y los
snacks les aportaban unos 3600 mg de sodio por día, según publica Archives of
Internal Medicine.
Los pacientes que no podían consumir más de 2000 mg de sodio por día, como
los que padecen insuficiencia renal o cardíaca o tienen enfermedades hepáticas,
solicitaron menús que aportaban 2041 mg/día. El 47 por ciento de ellos excedía
los niveles de sal permitidos.
Los participantes eran pacientes de salas generales, que serían operados o
que estaban recibiendo un tratamiento cardíaco.
El equipo no pudo determinar la cantidad de comida que finalmente consumía
cada paciente, de modo que no podría asegurarse que efectivamente superaron los
niveles de sodio recomendados en la dieta o sólo en lo que llegaba en las
bandejas del hospital.
"Para esos pacientes, que están internados con enfermedades sensibles
a la cantidad de sal que consumen, existe el riesgo de que el alto contenido de
sodio de sus dietas les cause algún daño", dijo la doctora Kirsten
Bibbins-Domingo, de University of California, San Francisco, y autora de un
comentario publicado con el estudio.
"Los nutrientes que consumen son tan importantes como los fármacos que
reciben (...) En otros casos, no existiría un riesgo inminente. Pero la mayoría
de los pacientes internados no tienen la opción de ir a comprar otros
alimentos", agregó.
Arcand consideró que si los pacientes o sus familiares están preocupados
por la cantidad de sodio de la comida hospitalaria, deberían conversar con el
médico o el dietista. En el estudio, las entradas y los sándwiches eran los
productos con más alto contenido de sodio.
Arcand sugirió que las autoridades podrían elaborar guías para la compra de
alimentos en los hospitales dentro de una estrategia de reducción del sodio en
el largo plazo. Dijo que los hospitales podrían utilizarlas para firmar los
contratos con los proveedores de alimentos.
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