Lucen como coloreados paquetes inofensivos de incienso o sales de baño en
los mostradores de tiendas de conveniencia, estaciones de servicio o sitios de
Internet.
En realidad son drogas con peligrosos efectos que nadie hasta ahora
puede predecir.
Hasta ahora, el peligro fundamental de estas drogas de moda había sido la
falta de control de las autoridades sobre su producción y consumo.
Pero esta semana, el presidente estadounidense Barack Obama firmó una
radical ley federal que prohíbe varios tipos de estas sustancias sintéticas,
tras varios intentos infructuosos de decenas de gobiernos locales para
vetarlas.
En los últimos meses, los servicios de emergencia de ciudades
estadounidenses se han visto sorprendidos con cada vez más ingresos de
pacientes con extraños síntomas.
Los usuarios de estas drogas de diseño presentan episodios de paranoia
extrema, agitación, alucinaciones y fuerza fuera de lo común, pero los exámenes
toxicológicos no muestran ningún consumo de sustancias no autorizadas.
La ley busca que esos ingredientes precursores queden identificados y
controlados, y que se elimine un comercio que hasta ahora no era en estricto
sentido ilegal.
Se les conoce como
"incienso" y "sales de baño". Sin embargo, no contienen
ninguno de esos productos. Se trata de drogas "de diseño" cuyos
compuestos no se han podido determinar con exactitud.
Un poco porque combinan distintas
sustancias de forma arbitraria, otro porque sus componentes provienen del
extranjero –se cree que se producen principalmente en China e India y se
mezclan en EE.UU.- y finalmente porque no dejan rastro en los usuarios.
"Es un paquete que venden en
las gasolineras y se vende como incienso y es completamente legal. Se fuma y
causa unas reacciones erráticas en el comportamiento de los pacientes",
explicó a BBC Mundo, Patricia Junquera, profesora asistente de psiquiatría de
UM.
Este supuesto incienso (conocido
como Spiceo K2) contiene químicos que, en la mayoría de los casos,
intenta reproducir el ingrediente activo de la marihuana (THC). Los estudios de
laboratorio demuestran que pueden ser de 100 a 800 veces más potente.
También se han encontrado en ellos
productos como fertilizantes.
Mientras que las sales de baño están
hechas principalmente con químicos parecidos a la anfetamina, como metilendioxipirovalerona
(MDPV), mefedrona, y provalerona. Se venden como "sustitutos de
cocaína" o "LSD sintético" en forma de polvo que es inhalado,
tragado o inyectado en la vena.
Sin embargo, resulta casi imposible
saber cuáles de estos compuestos están contenidos en esos discretos paquetes de
colores, que advierten en su empaque que ninguno de los químicos utilizados en
su manufactura están aprobados para el consumo humano.
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Cloud Nine
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Spice
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K2
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Potpourri
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Plant Food
·
Jewelry Cleaner
·
Crystal Bubbly
·
Vanilla Sky.
Debido a la facilidad para
adquirirlas, también resulta sencillo suponer que el efecto será
"inofensivo" o parecido al de la marihuana tradicional, que no es
considerada una droga dura. Pero no es así.
Además de los efectos secundarios
como boca seca, nauseas y ojos rojos, estas drogas generan ataques de ansiedad,
episodios de psicosis severa y reacciones erráticas en el comportamiento de los
pacientes. Clínicamente no se puede diferenciar el consumo de ambas sustancias.
Los médicos reportan aumento de la
temperatura del cuerpo y esquizofrenia.
"Los que las toman sufren
alucinaciones, oyen voces y ven cosas que no están ahí. Se encuentran en un
estado de delirio", explicó a BBC Mundo Paul Adams del servicio de
emergencias del hospital Jackson Memorial.
"Atacan a sus propios padres,
se dan golpes contra la pared o se autolesionan, cortándose los brazos o las
piernas. Pueden llegar a hacerse tatuajes sin ningún tipo de anestesia. El
umbral del dolor aumenta muchísimo", dice Adams.
Además, una de sus manifestaciones
más peligrosas es la incapacidad de frenar sus acciones.
"Pierden la conciencia de su
fuerza, que se ve aumentada. Tiene una fuerza sobrenatural que no pueden
controlar", dijo a BBC Mundo, Patricia Junquera, profesora asistente de
psiquiatría de UM.
La rápida adicción que generan en el
consumidor ha ocasionado que se le empiece a considerar como "una
epidemia".
El Sovereign Health Group, uno de
los programas más reconocidos para el tratamiento de adicciones en EE.UU.,
explica en su página de internet que tras el uso continuado, los usuarios
desarrollan una tolerancia que los obliga a consumir cada vez más para lograr
el mismo nivel de alucinación.
"Como resultado, los
consumidores desarrollan una dependencia química".
Una de los grandes riesgos de estas
drogas "de moda" es la dificultad de identificar a sus usuarios.
Según reportes de hospitales y
centros de atención, los "nuevos" consumidores no levantan ninguna
sospecha, ni están consientes del peligro al que se exponen.
Generalmente se trata de
adolescentes y adultos jóvenes que se sienten atraídos por la facilidad de no
lidiar con un distribuidor odealer y que pueden obtener la
sustancia fácilmente en una tienda o por internet sin necesidad de esconderla.
Además, tienen la percepción de que
no están cometiendo ningún acto ilegal y pueden escabullirse de las pruebas
antidrogas que se aplican en trabajos y escuelas.
Finalmente, con costos que van de
los US$25 a US$50, los consumidores suponen que no están involucrados en una
actividad criminal.
Ante un fenómeno que se incrementa a
pasos agigantados: las llamadas de emergencia subieron nacionalmente de 304 en
2010 a 6.132 apenas un año después, las autoridades han tratado de hacerle
frente con vedas temporales.
En octubre de 2011, la agencia
antidrogas estadounidense (DEA) utilizó sus poderes administrativos para
establecer una prohibición de emergencia con duración de un año a los
componentes químicos más comúnmente utilizados en las sales de baño.
"Esta ley cerrará los atajos que habían permitido a los productores
darle la vuelta a las prohibiciones locales y estatales"
Charles
Schumer, senador
Otras leyes estatales intentaron
impedir su consumo, posesión o distribución. Sin embargo, se veían superadas ya
que sus nombres y compuestos varían a una velocidad inusitada.
Este lunes, el presidente Barack
Obama firmó una radical Ley para la Prevención del Uso de Drogas Sintéticas de
2012, que implica no sólo la prohibición de los componentes si no también de
otros similares que puedan producirse en el futuro o que sean distintos pero
generen los mismos efectos.
La ley enumera 31 compuestos
explicitamente prohibidos (20 de la marihuana sintética y 10 de las sales de
baño). También prevé penas criminales para quien venda el producto en
establecimientos o por internet.
"Esta ley cerrará los atajos
que habían permitido a los productores darle la vuelta a las prohibiciones
locales y estatales y asegurarse de que no se pueda simplemente cruzar la
frontera entre los estados para encontrar las mortales sales de baño",
dijo uno de los promotores de la ley, el senador Charles Schumer mediante un
comunicado.
Algunos esperan que si el problema
no puede resolverse por completo, por lo menos, podrá castigarse.
"Esta legislación dará las
herramientas que se requieren para tomar medidas enérgicas contra las drogas
sintéticas", dijo el senador Amy Klobuchar.
Sin embargo, aún existe el temor que
la velocidad de la ley pudiera no alcanzar la de los productores de estas
nuevas drogas, cada vez más peligrosas.
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