Las historias clínicas que los pacientes pueden leer online alentarían a
más personas a realizarse los tests clínicos y a aplicarse las vacunas
recomendadas, señala un estudio.
En un ensayo clínico realizado en ocho centros de atención primaria, un equipo
halló que los pacientes que utilizaban esos registros de salud
"interactivos" eran más propensos a actualizar sus cuidados
preventivos, incluidos los exámenes para detectar tempranamente los tumores de
pecho, colon y cuello uterino, además de las vacunas, como la de la gripe.
A los 16 meses, el 25 por ciento de los usuarios de esas historias clínicas
online estaban al día con sus controles preventivos. Eso representa el doble
que los que no utilizan esa tecnología.
"Es difícil lograr que la población asuma un papel activo en el
cuidado de su salud", dijo Jesse C. Crosson, profesor asistente de la
Escuela de Medicina Robert Wood Johnson de UMDNJ, Somerset, Nueva Jersey. De
modo que estos resultados son "muy alentadores", dijo Crosson, que no
participó del estudio.
El Congreso de Estados Unidos autorizó la entrega de hasta 27.000 millones
de dólares en incentivos gubernamentales para que los médicos y los hospitales
les den un "uso relevante" a las historias clínicas electrónicas.
Para el 2015, los proveedores de servicios de salud recibirán sanciones si no
cambian.
Pero existe poca evidencia de que esos registros electrónicos mejoren la
atención de los estadounidenses. En un estudio reciente sobre 42 centros
médicos, Crosson halló que ese cambio no mejoraba la atención de la diabetes.
Los pacientes de los consultorios con historias clínicas electrónicas no
eran más propensos que los pacientes con historias clínicas impresas a hacerse
los tests y los tratamientos recomendados. Pero el nuevo estudio, publicado en
Annals of Family Medicine, dio un paso más en el uso de los registros online.
Al azar, el equipo le indicó a 4500 pacientes de atención primaria acceder
o no a sus historias clínicas electrónicas en un sitio online seguro,
MyPreventiveCare.org.
El sistema reunía automáticamente la información de los registros clínicos
de cada paciente y en cada consulta proporcionaba una "lista
individualizada" de los exámenes preventivos que debían hacerse, como así
también los enlaces a material informativo sobre esas pesquisas.
"Probamos un nivel más alto de funcionalidad que existe en la atención
actual", dijo el autor principal, doctor Alex H. Krist, de Virginia
Commonwealth University. Y eso hizo una diferencia: a los 16 meses, el 25 por
ciento de los usuarios del sistema electrónico había actualizado sus controles
preventivos, comparado con menos del 14 por ciento al inicio del estudio.
En tanto, el grupo que contaba con las historias clínicas impresas no
cambió demasiado: menos del 13 por ciento estaba al día con los exámenes
preventivos al final del estudio, comparado con el 11 por ciento al inicio de
la investigación.
El problema fue que la mayoría de los participantes a los que se les
ofreció utilizar sus historias clínicas personalizadas optó por no hacerlo. Sólo
el 17 por ciento de esos 2250 pacientes utilizaba los registros a los 16 meses.
Para Krist, eso sería en gran parte por el diseño controlado del ensayo.
"No hicimos el trabajo de campo como lo harían en los consultorios
reales", aclaró. Si allí se promoviera el acceso a las historias clínicas,
ésta sería una práctica más popular, opinó.
Crosson coincidió sobre la limitación del estudio: "Enviar algo por
correo común no sería la mejor manera de promover que la gente consulte
online".
Actualmente, el sistema MyPreventiveCare se utiliza en 14 centros de
atención primaria de Estados Unidos. Pero el equipo espera que se aplique en
300 centros en los próximos dos años. (El sistema es un producto que no se
comercializa y la Agencia para la Investigación y la Calidad de la Atención de
la Salud financió el estudio).
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